sábado, 8 de mayo de 2010

DIFERENCIA

Qué distintos que somos
el día y yo.
Me refiero a este día
en que refucila,
azota la ventisca
y se perfila
tras un breve granizo
la lluvia mansa.
Mientras, mi alma descansa
de cara al sol.

Qué distintos que somos
el día y yo.
Este día de truenos,
de fulgurantes
rayos que no perdonan
y amenazantes
sacuden su voltaje
sobre la hierba.
Mientras, mi alma conserva
quietud y flor.

Qué distintos que somos
este día y yo.
Transeúntes escasos
que en raudos pasos
van en pos de un alero
para reparo.
Y yo vivo al amparo
del infinito
manto con que tu amor
me hace bendito.

¡Muy distintos nos vemos
este día y yo!
Día de lumbre escasa
por las cocinas
que lúgubre y lejana
poco ilumina.
Mientras, mi alma destella
enceguecida
los quemantes fulgores
que arma la vida.

Afuera, el viento loco;
adentro, DIOS;
afuera, el trueno; adentro,
tu dulce voz;
afuera, piedra y lluvia;
adentro, el sol;
¡qué distintos que somos
este día y yo!

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