viernes, 7 de mayo de 2010

EL MAR

Incansable, irascible y peligroso,
dócil, suave, grandioso e indefenso;
todo eso eres, mar vertiginoso,
todo eso eres, mar viejo e inmenso.
Hacedor de epopeyas memoriales,
vio tu seno la guerra de los hombres,
y el triunfador de crímenes fatales
te ha bautizado con su propio nombre.
Tesoro de incontables fantasías,
tu mundo es otro mundo, diferente;
tus aguas guardan bellas poesías,
tus ojos la sonrisa de la gente.
Tu ancianidad tan grande y majestuosa
te ha dado barbas blancas en tu espuma,
una ira incontenible y tempestuosa,
y te ha dado misterio entre tu bruma.
Con tus colores amas, juegas, tientas;
tú puedes ser azul en bella calma;
puedes lograr tu verde en la tormenta
o ser tan cristalino como mi alma.
Besas la tierra y tiemblan las arenas;
arremetes con fuerza y con fiereza,
quizá porque alguien te ha legado alguna pena
o algún infiel dejó de lado sus promesas.
Te hicieron tumba de hombres inconscientes
y te surcan a diario sin prejuicios;
y matan a tus hijos inocentes
y sólo te devuelven desperdicios.
Y puedes cantar tanto con tus olas
regalando tu arrullo de milenios,
que dejaste en las bellas caracolas
los cantos de tu fondo y de tus sueños.
Eres inteligente por momentos,
y en otros tu murmullo ya delira,
y a propósito te aliaste con el viento
para golpear de frente al que te mira.
Peleador, incitante al desafío,
te aprovechas de un alma pasajera,
la acaricias y envuelves con tu frío
hostigando las horas y la espera.
Hasta que llega el sol y te despierta,
y como un monstruo cruel te desperezas
poniendo tu alma rígida y alerta
para escuchar amor, ¡tantas promesas!
Si habrás sido testigo de ilusiones;
si habrás sido hacedor de tantas iras;
si habrás sido oidor de pretensiones
¡y si habrás escuchado de mentiras!
Hoy tu confín me llena de falencias
y tu azul de pasión y rebeldía,
y tu poder me sume en la impotencia
de ser tan poco frente a tu osadía.
No te preocupes mar, yo te comprendo,
pues yo también crecí de amor y fantasía;
por ilusión creí ser grande en mi contento,
pero desde hoy tu soledad... también es mía.

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